Las fuertes precipitaciones cayeron en toda la cuenca del río Guadalmedina, esto provocó la crecida del río y su feroz desbordamiento. En poco tiempo el agua comenzó a inundar varios barrios próximos al río, como el barrio del Perchel, la Trinidad y las zonas bajas de la ciudad (llegando a alturas de cinco metros), esto produjo que las campanas sonaran en toda la capital para alertar del peligro. La gran fuerza de la riada provocó el derribó del puente de la Aurora y obstruyó el de Santo Domingo, creando una presa natural que impedia el paso del agua e hizo crecer el nivel. Finalmente el puente cedío a la presión y se produjo una avalancha de materiales que obstruyó el siguiente puente, el de Tetuán, que aguantó en pie, al contrario que el del ferrocarril que no pudo resistir con la presión.
El balance fue de veintiuna personas muertas, decenas de heridos, además de numerosas casas, comercios e industrias destrozados. Los daños materiales se evaluaron en torno a los cinco millones y medio de pesetas. Se necesitaron dos meses para limpiar las calles.
“Esto es horrible”, dijo Alfonso XIII
Tras las inundaciones, el rey Alfonso XIII visitó la catastrofe de 1907, llegó tres días más tarde, el día 17 de Octubre acompañado por el presidente del Gobierno Antonio Maura. El rey pudo recorrer varios barrios afectados por las inundaciones, al darse cuenta de la gravedad de lo ocurrido exclamó: “Creía grande el desastre, pero no tanto. Esto es horrible”. Después rezó un “tedeúm” en la catedral de la capital y donó 8.000 pesetas de la época para la ciudad, a su vez el presidente Maura entregó 10.000 pesetas en nombre del Gobierno.
El problema del Guadalmedina
Tuvieron que llegar las inundaciones de 1907 para que se tomara un poco en serio el problema del Guadalmedina. Tras la visita a la ciudad del Rey Alfonso XIII; del presidente del Gobierno, Antonio Maura; del ministro de Fomento, Rafael Gasset, y del director general de Obras Hidráulicas, Luis de Armiñán, el Gobierno encargó la redacción de un proyecto para un plan de defensa, que se finalizó en 1909 y cuyo responsable era el ingeniero Manuel Giménez Lombardo. El plan incluía la construcción de pequeñas presas de laminación y el encauzamiento del río en su tramo urbano, entre los arroyos de Los Ángeles y Hondo, canalización que se inaugura el 19 de febrero de 1911, con la asistencia del ministro Gasset, quien colocó también la primera piedra de otra gran obra de defensa: el pantano del Agujero. El plazo de construcción previsto era de cinco años y su presupuesto de 2.397.350 pesetas.
Todo esto no termino de solucionar el problema de desbordamiento del Guadalmedina, pues el 16 de Noviembre de 1918 el río vuelve a inundar la ciudad tras una lluvia torrencial iniciada a las tres de la madrugada con abundante aparato eléctrico y granizo. Las zonas más perjudicadas fueron calle Granada y Victoria y las plazas de la Merced y Constitución. Los daños ocasionados se estimaron en tres millones de pesetas. Existieron más desbordamientos del río, aunque no fueron tan importantes y catastróficos como los anteriores, como el 6 y 8 de Marzo de 1917.
Extraordinsrio reportaje histórico de Nuestra Málaga