Así como en el resto de Europa (Madrid, París, Londres, Venecia, Amsterdam …), existe una pugna entre tabernas y cafés, en Málaga esto no ocurre y se convierten los cafés a finales del siglo XVII en algo fundamental para la vida social de la época. Al ser Málaga una ciudad con mucha tradición árabe, era lógico pensar que aquí se consumía un excelente café, confirmado por los numeros viajeros que llegaban a la ciudad y se quedaban prendados de su ároma. En estos establecimientos, las tertulias del agitado siglo iban a ser eje fundamental de su ambiente. Existen cafés portuarios, obreros, aristocráticos, populares, políticos, espacios de diversión para los calaveras de la época y lugares de esparcimientos para la clase trabajadora… casi todo ocurre en los cafés, salvo la incorporación de la mujer en igualdad de condiciones.
Las noticias van de café en café, en el Madrid, el Senado (calle Granada), la Loba, el España (plaza de la Constitución), los Divanes de Ariza o Juan Rico, el Gallo, el Suizo (calle Compañía), el Duque (frenta a la Aduana), la Maestra, el Canarias …
En Málaga empiezan también a tener mucho éxitos los cafés cantantes, es decir, escenarios para el arte flamenco. Desapareció el célebre Café del Sevillano, situado en la calle Siete Revueltas, posteriormente convertida a la Plaza d las Flores, Café famoso en toda España por tener las mejores voces de la época. Durante toda la época, los cafés están vivos, abriendo y reabriendo con los mismos nombres o diferentes.
De los tres cafés que existieron en la Plaza de la Constitución malagueña, el de La Loba fue el que clavó sus cimientos con mayor profundidad en la Plaza, el que realmente llevó la batuta en aquel concierto cafeteril. Es posible que fuera uno de los más antiguos de Málaga. La cita más añosa que hemos encontrado sobre su existencia, la proporciona el viajero británico Richard Ford en Manual para viajeros por Andalucía y lectores en casa. Ford estuvo en España entre 1830 y 1833.
El café de Chinitas, se le atribuye su nombre al primer dueño que tuvo, pero también a un actor que triunfó. Sea como fuere, aquí el café no es la bebida más consumida, pero es el escenario donde mejor se conserva en estos años la tradición del café cantante. El flamenco pasa por el Chinitas, donde Juan Breva, Antonio Chacón, la Parrala, el Niño de Jerez, la Niña de los Peines y otros tantos, junto a guitarristas y bailaoras, concitan entusiasmos. Local de parroquia fiel, con sitios incluso reservados, todo el mundo pasa alguna vez por este local de asegurado entretenimiento. A partir de los años veinte, bajo el nombre de Salón Royal, se desviará hacia provocadores espectáculos de varietés que sufrirían reiteradas multas y suspensiones hasta su definitiva desaparición.
Agradecimientos y fuentes para:
– http://canales.diariosur.es/fijas/esp/malagasigloxx/tema1.htm
– http://www.jondoweb.com/novedades/articulos/articulo11.htm