En febrero de 1937 las tropas franquistas tomaban Málaga. Entre 100.000 y 150.000 refugiados (en su mayoría mujeres y niños) huyeron por miedo a las represalias (Málaga había votado a favor de la República). Los refugiados salieron a pie con destino a Almería utilizando la única vía de escape posible: unos 200 km de carretera construida sobre la ladera de los acantilados y al borde del mar.
La diáspora duró entre 5 y 8 días. Durante la huida la columna de refugiados fué ametrallada por fuerzas aéreas y navales.
Durante varios días estuvieron bombardeando y ametrallando a los refugiados. Los buques no tuvieron ningún tipo de oposición militar, por lo que pudieron acercarse a escasos metros de la carretera para lanzar sus proyectiles. Algunos supervivientes afirman, aun hoy, que podían ver el alborozo de los marineros franquistas mientras disparaban sus proyectiles.
Los buques, además, estuvieron apoyados por la aviación nazi alemana e italiana que, en vuelo rasante, también ametrallaba y lanzaba bombas incendiarias a los refugiados.
El canadiense Norman Bethune elaboró un amplio documento fotográfico. Cálculos optimistas hablan de unos 5.000 muertos (la mayoría mujeres y niños).
Los responsables directos de la matanza fueron los mandos militares de los buques sublevados Almirante Cervera, Canarias y Baleares
Ver exposición sobre Norman Bethune (pdf)
Artículo en EL PAIS (01/02/2007)
El camino de los olvidados (Diario SUR)
Agradecimientos para Arantxa,Tote y Alberto por localizar y difundir este artículo.