Puerta del Mar

Le viene su nombre de una de las puertas con que contaban las murallas que cercaban la ciudad. Realmente existían dos puertas que daban al mar y que, por lo tanto, eran conocidas por este nombre. Una, normalmente estaba cerrada, cercana a Herrería del Rey. Se reformó dicha puerta, en 1661, para que por ella entrase el príncipe, hijo de Felipe IV, que vino a Málaga a curarse de unas fiebres que padecía.

En 1656 se edificó una cárcel y una capilla sobre la misma puerta. En el siglo XVIII, en la torre de Puerta del Mar había una campana a la que se llamaba “Espantaperros” y que avisaba del avistamiento de piratas moros.

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Calle Granada

Toma su nombre por ser la calle que conducía hacia la puerta de Granada de las murallas de Málaga, ya que desde ella se salía al camino que enlazaba nuestra ciudad con la de su mismo nombre: Granada.

En Julio de 1821, alegando su estado ruinoso, fue demolida la Puerta de Granada ampliándose así la desembocadura de la calle a la Plaza de la Merced.

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Plaza de la Constitución

Durante la dominación árabe fue el centro de un intrincado dédalo de tortuosas callejas de vetustos edificios. En aquella época la plaza se denominó Plaza Mayor y la arteria que ahora conocemos con el nombre de Santa María era la calle Mayor, que conducía hasta la Mezquita, lugar donde hoy se asienta la Catedral.

Ya Málaga en poder de los cristianos, la plaza se llamó de las Cuatro Calles por las cuatro vías que desembocan en ella donde tenían lugar, entre otros divertimentos, corridas de toros y de novillos.

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Los cines

La primera proyección de imágenes en movimiento (con un Kinetógrafo Werner) en la ciudad, se produjo el 3 de Septiembre de 1896 en un barracón.
A pesar de los problemas técnicos sufridos, que afectaban en ocasiones la calidad del espectáculo, la proyección de imágenes animadas se populariza con rapidez durante sus primeros días en la capital malagueña. El 11 de septiembre, el precio de las sesiones ya se había reducido de 1 peseta a 50 céntimos. Y, desde luego, esta reducción supuso que la asistencia a las proyecciones aumentara de manera considerable.

cine alkazar en los años 60
gran teatro olimpia en los años 40
cine pascualini
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La proyección de imágenes en movimiento arraiga en muy poco tiempo y de manera definitiva en las vidas de quienes se convierten en sus espectadores. Primero en locales concebidos para otro tipo de espectáculos o en los barracones de feria y luego en las salas de exhibición estables, quienes asisten a las sesiones de proyección cinematográficas amplían el ámbito de su percepción más allá del entorno inmediato. Y, de hecho, muy pronto el nuevo medio se convierte en un elemento clave para la creación de un imaginario específico de la contemporaneidad. Una muestra de su impacto es la rapidez con la que se extiende la actividad desde el momento en que se llevan a cabo las primeras exhibiciones de imágenes en movimiento.

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fachada cine españa
fachada del cine victoria
cine españa plusultra en 1970
cine las delicias patio de butacas

Proliferaron las aperturas de nuevos locales: Pascualini (1906), Moderno (1908), Victoria (1913), Goya (1923), España y Plus Ultra (1927), etc. anunciando así la incorporación de la ciudad a una cultura que pronto habría de ser masiva. En 1930 se incorporó el cine sonoro en el cine Petit Palais, además durante la República tres nuevas salas fueron inauguradas: Rialto, Echegaray y Málaga Cinema.

cine malaga cinema
cine victoria en los años 60
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cine echegaray
cine excelsior en los 60
cine petit palais en 1930

El cenachero

No hay nada más malagueño en Málaga que ese vendedor de pescados que lleva faja roja, pantalones de denim azul con parchos en las rodillas,la cabeza emboinada, las manos en la cintura balancenado los dos cestos que cuelgan a los lados en los codos y en la boca aquel estribillo que llena el aire de estruendos: “Pescada, pescada fresca, langostinos, chanquetes y boquerones“.

cenachero vendiendo pescado en la playa
cenachero malagueño en calle cristo

No pocos de aquellos jabegotes que habían estado en la dura briega del copo tomaban sus cenachos cargados de boquerones, jurelitos, chanquetes, sardinitas, boqueroncitos y ranchos de pulpos, almejas, coquinas, pintarrojas y otros revueltos marinos, y se disponían a vocearlos por las calles de los barrios de la ciudad. El cenachero era entonces la figura más popular de aquella Málaga de bodegas, tenerías, baratillos de cuerdas y alpargatas, salazonerías y tabernas.

cenachero por las calles
tipico cenachero malagueño
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vendedor de verduras y cenachero
imagen de bronce del cenachero en el puerto

Como homenaje a este personaje malagueño, el escultor Jaime Pimentel en 1968 creó una figura de bronce donde reflejaba a la perfección la figura del cenachero. Originalmente su ubicación fue en el Paseo del Parque malagueño, tras diferentes traslados finalmente se encuentra en la plaza de la Marina, junto al puerto.

El puerto de Málaga

El emplazamiento de la ciudad, situada en una «hoya» rodeada de montañas, es la principal causa por la que ésta ha tenido a lo largo de su historia una difícil comunicación con las tierras del interior, lo cual, no obstante, ha dado lugar a que su puerto, como eje central de la vida de la ciudad y de sus capacidades de polarización comarcal y regional, haya sido históricamente su principal enlace de comunicación y, seguramente, la razón de ser de su propia identidad urbana.Reconocida como paso natural hacia Africa, Málaga ha sido a lo largo de su historia punto de encuentro y de intercambio de culturas, desarrollando una actividad comercial que siempre estuvo apoyada en su puerto.

el puerto en 1860
el puerto en 1880
vista del puerto de Malaga
la catedral de malaga y el puerto

Durante la edad moderna, Málaga tuvo gran importancia por su situación estratégica, cercana al estrecho de Gibraltar y al Norte de África, siendo el Puerto punto de abasto para las plazas africanas.El sistema defensivo cristiano aprovechó el construido por los árabes.

En 1585 Felipe II ordena un nuevo estudio del Puerto, construyéndose un nuevo dique en 1588, en la zona de levante, junto a La Coracha. En los dos siglos siguientes el Puerto se fue prolongando tanto a poniente como a levante. El puerto de Málaga siempre ha sido de enorme importancia para la economía de la ciudad. El primer impulso que potenció la importancia del mismo es en el siglo XVIII cuando la Corona Española decidió ampliar el mismo, dada la cercanía de Gibraltar en manos de los ingleses. Esta iniciativa se desvió más adelante a Cartagena, con la creación de una base militar.Pero, la actividad de exportación de la industria malagueña siempre ha sido muy importante y durante el siglo XIX el puerto cobra una importancia enorme al tener que canalizar todas las exportaciones, principalmente de: vinos, pasas, licores, compuestos químicos y productos de la siderurgia hacia otros países y resto de la Península.

El puerto es la vía natural de comunicación de la provincia de Málaga con el resto del mundo, ya que las montañas de la Cordillera Penibética llegan hasta muy cerca de la costa con escarpadas laderas que hacen muy difícil el acceso a la Capital por tierra. Solamente hasta los años 1970 no ha tenido Málaga un acceso adecuado por carretera.

el puerto desde la malagueta
la farola y el puerto
vista del puerto y la farola de malaga
descarga de mercancias en el muelle del puerto
barco de vapor buenos aires en el puerto de malaga

Adicionalmente, a comienzos del siglo XX, el puerto se reestructura. Esto ocurre como terrible consecuencia de la fuerte erosión producida en los viñedos del valle del río Guadalmedina durante los siglos anteriores. El fenómeno se debe a la explosión de cultivos de la vid en las escarpadas laderas montañosas que bordean este río. Esto produce la inevitable e irrecuperable erosión del terreno produciéndose por un lado la elevación del cauce del río (al punto que hubo que construir muros protectores en el tramo en el que el río atraviesa la ciudad) y por otro que los materiales de aluvión arrastrados se van sedimentando en la desembocadura.

Al cabo del tiempo la ciudad decide urbanizar los llamados “terrenos ganados al mar”: de esta reestructuración urbanística, se crea el paseo de la Alameda y se mueven los muelles del puerto más hacia el Sur.

Como consecuencia de estas circunstancias, cuando en 1.936 se produce el estallido de la Guerra Civil Española, Málaga se encuentra con un puerto que:

– Es importante y tiene frecuentes conexiones con el resto de Europa y Norte de África.

– Es relativamente moderno, por la reestructuración realizada a primeros de siglo.

– Es la mejor vía de acceso a la capital, cara a una posible acción militar, ya que los accesos por carretera son muy complicados, escasos y por lo tanto inadecuados.

cortina del muelle
dique seco en la farola
el muelle y la entrada del puerto
entrada del puerto abierta a la ciudad
mercancias en el puerto de malaga

Agradecimientos a:

– Enrique de perri-blog, por su aportación gráfica a este artículo.

La gran nevada de 1954

El día 3 de febrero de 1954 amaneció la capital completamente cubierta de nieve, como toda la provincia, incluida la zona de costa, especialmente Estepona y Marbella.

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Todo se paralizó. Los niños no fueron al colegio para salir a jugar a la calle con la nieve. Las aguas del río Guadalmedina se helaron, pero la nevada no originó mayores problemas en la ciudad que algunos resbalones y varias tejados que cedieron al peso. El mayor daño fue para los cultivos de la provincia: se perdió la cosecha de cítricos, almendras y hortalizas. Ese día, la máxima que se registró en Málaga fue de 7,5 grados.

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Hundimiento de la Fragata Gneisenau

El día 16 de Diciembre de 1900, a causa del fuerte temporal, la fragata de guerra alemena Gneisenau, intenta la aproximación al puerto de Málaga hacia las once y media de la mañana. El comandante de la fragata, Kretschmann, había renunciado a la invitación de las autoridades portuarias para el refugio del barco.

fragata gneisenau en Malaga

fragata de guerra alemana gneisenau en Malaga

Al poco tiempo, el fuerte oleaje rompió las anclas y la fragata quedó a la deriva, y fue arrastrada contra las rocas de la Farola. En ese momento, la nave empieza a hundirse con sus 3.000 toneladas y sus 470 tripulantes en el interior. En ese momento la tripulación empieza la evacuación del barco, algunos botes se estrellan contra las piedras y otros son volcados por el gran oleaje del mar. Una gran cantidad de malagueños acuden al lugar del siniestro a prestar socorro. Los malagueños se lanzan al mar con distintas embarcaciones, algunas de estas son hundidas por las olas, desde las piedras otros lanzan cables para rescatar a los náufragos. Murieron cuarenta y una personas, incluyendo al comandante Krestschmann, de entre ellos doce malagueños dejaron allí su vida por prestar su ayuda. Los heridos fueron ingresados en el Hospital Noble, los supervivientes en el Ayuntamiento y la oficialidad fue acogida en el domiciliio del cónsul aleman, Adolfo Príes. Toda la ciudad de Málaga y los supervivientes del naufragio se unieron en un entierro emocionante.

hundimiento de la fragata de guerra alemana gneisenau
hundimiento de la fragata de guerra alemana gneisenau
hundimiento de la fragata de guerra alemana gneisenau

“Muy hospitalaria”, para la ciudad de Málaga
El recuerdo de la ayuda que recibieron, las atenciones que les dispensaron y la simpatía y la cordialidad que les mostraron los malagueños hizo que se crearan fuertes lazos de amistad entre unos y otros. Tan profunda fue la hermandad que se originó que algunos de aquellos marineros volverían luego para quedarse definitivamente. La prensa nacional e internacional se hizo eco del desastre y describieron a Málaga y a los malagueños como paladines de la solidaridad, el socorrismo, la atención hacia los náufragos y, fundamentalmente, como generosos ciudadanos que pusieron su vida en peligro y otros la dieron por salvar la de unos semejantes. Sólo por este gesto, la reina María Cristina, en nombre de su hijo Alfonso XIII, concedió a la ciudad de Málaga el título de «Muy hospitalaria», que desde entonces campea en su escudo.

hundimiento de la fragata de guerra alemana gneisenau
Comandante de la fragata

El puente de los alemanes, el agradecimiento de Alemanía
La noticia de la catástrofe acaecida en Málaga llegó también a Alemania. La colonia alemana de esta ciudad, que no podía olvidar cómo los hijos de Málaga rivalizaron en solicitud y heroísmo aquel infausto 16 de diciembre de 1900 para el salvamento de sus hermanos los náufragos, recogiendo el deseo de sus compatriotas de mostrar alguna forma de agradecimiento al pueblo malagueño por su solidaridad con la catástrofe de la fragata Gneisenau, abrió, 24 horas después de ocurrida la inundación, una suscripción popular, que encabezó el propio emperador Guillermo II con una respetable suma, y secundada por ministros, ayuntamientos, cámaras de comercio y otros centros oficiales y particulares de Alemania. Los fondos recaudados se destinaron a la construcción de un puente en el lugar donde antes estuvo el de Santo Domingo.El proyecto fue redactado por los alemanes y se encargó su ejecución a la Sociedad Constructora Martos y Compañía, la cual lo presentó al Ayuntamiento para su aprobación, que la mereció en su sesión del día 12 de agosto de 1908. También se acordó en dicha sesión expresar a la colonia alemana la gratitud más profunda del municipio.Un año más tarde, el 31 de agosto de 1909, se empezó a montar la estructura, cuyo trabajo quedó concluido trece meses después. Las pruebas de resistencia se realizaron el 11 de diciembre, resultando satisfactorias. Ese mismo mes, el cónsul alemán ofrecía la obra al pueblo de Málaga, a través de su Ayuntamiento. Desde entonces está la pasarela de hierro de Santo Domingo dando paso a los peatones sobre el río Guadalmedina, desde el Pasillo de Santa Isabel a la Iglesia de Santo Domingo.La gente la conoce como «Puente de Santo Domingo» o, más cariñosamente, como «Puente de los Alemanes». En uno de los dos arcos que le sirven de riostra cuelga una lápida de piedra enmarcada en hierro que literalmente dice: «Alemania donó a Málaga este puente agradecida al heroico auxilio que la ciudad prestó a los náufragos de la fragata de guerra Gneisenau. MCM – MCMIX.»

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La riá de 1907

En la noche del 23 al 24 de Septiembre de 1907, Málaga sufrió una de sus peores inundaciones, sin que se produjera ninguna precipitación anterior, cogio a la ciudad durmiendo y por sorpresa.

calle nueva en 1907
la ria de 1907 en la plaza de la constitucion
las inundaciones de malaga, plaza san francisco

Las fuertes precipitaciones cayeron en toda la cuenca del río Guadalmedina, esto provocó la crecida del río y su feroz desbordamiento. En poco tiempo el agua comenzó a inundar varios barrios próximos al río, como el barrio del Perchel, la Trinidad y las zonas bajas de la ciudad (llegando a alturas de cinco metros), esto produjo que las campanas sonaran en toda la capital para alertar del peligro. La gran fuerza de la riada provocó el derribó del puente de la Aurora y obstruyó el de Santo Domingo, creando una presa natural que impedia el paso del agua e hizo crecer el nivel. Finalmente el puente cedío a la presión y se produjo una avalancha de materiales que obstruyó el siguiente puente, el de Tetuán, que aguantó en pie, al contrario que el del ferrocarril que no pudo resistir con la presión.

El balance fue de veintiuna personas muertas, decenas de heridos, además de numerosas casas, comercios e industrias destrozados. Los daños materiales se evaluaron en torno a los cinco millones y medio de pesetas. Se necesitaron dos meses para limpiar las calles.

inundaciones en el puente de santo domingo
la ria de malaga en 1907

“Esto es horrible”, dijo Alfonso XIII
Tras las inundaciones, el rey Alfonso XIII visitó la catastrofe de 1907, llegó tres días más tarde, el día 17 de Octubre acompañado por el presidente del Gobierno Antonio Maura. El rey pudo recorrer varios barrios afectados por las inundaciones, al darse cuenta de la gravedad de lo ocurrido exclamó: “Creía grande el desastre, pero no tanto. Esto es horrible”. Después rezó un “tedeúm” en la catedral de la capital y donó 8.000 pesetas de la época para la ciudad, a su vez el presidente Maura entregó 10.000 pesetas en nombre del Gobierno.

inundaciones de Malaga, puente santo domingo
La calle Larios de Malaga en la ria de 1907

El problema del Guadalmedina
Tuvieron que llegar las inundaciones de 1907 para que se tomara un poco en serio el problema del Guadalmedina. Tras la visita a la ciudad del Rey Alfonso XIII; del presidente del Gobierno, Antonio Maura; del ministro de Fomento, Rafael Gasset, y del director general de Obras Hidráulicas, Luis de Armiñán, el Gobierno encargó la redacción de un proyecto para un plan de defensa, que se finalizó en 1909 y cuyo responsable era el ingeniero Manuel Giménez Lombardo. El plan incluía la construcción de pequeñas presas de laminación y el encauzamiento del río en su tramo urbano, entre los arroyos de Los Ángeles y Hondo, canalización que se inaugura el 19 de febrero de 1911, con la asistencia del ministro Gasset, quien colocó también la primera piedra de otra gran obra de defensa: el pantano del Agujero. El plazo de construcción previsto era de cinco años y su presupuesto de 2.397.350 pesetas.

Todo esto no termino de solucionar el problema de desbordamiento del Guadalmedina, pues el 16 de Noviembre de 1918 el río vuelve a inundar la ciudad tras una lluvia torrencial iniciada a las tres de la madrugada con abundante aparato eléctrico y granizo. Las zonas más perjudicadas fueron calle Granada y Victoria y las plazas de la Merced y Constitución. Los daños ocasionados se estimaron en tres millones de pesetas. Existieron más desbordamientos del río, aunque no fueron tan importantes y catastróficos como los anteriores, como el 6 y 8 de Marzo de 1917.

Un callejon de calle olleria en la ria de 1907